Lisboa 2024: Oceanario, Parque de las Naciones, Panteón Nacional, Pastelería de Belem, Monasterio de los Jerónimos, Torre de Belem (25/03/2024)

Índice de entradas del viaje a Lisboa de la Semana Santa de 2024: click aquí.

-----------------------


Ayer terminé el día tan tremendamente cansada, que no pude ni escribir la entrada de blog… Pero como me acosté temprano y me he despertado temprano, he decidido escribirla ahora.

El primer objetivo del día fue el Oceanario de Lisboa. A ver cómo explico yo esto… Está bastante bien, mi intención no es criticarlo, y si eres una persona a la que le gustan especialmente los acuarios, lo vas a disfrutar mucho. Eso vaya por delante.

PERO yo estuve en diciembre de 2022 en el Oceanográfico de Valencia (click aquí), y la verdad, creo que después de eso, ningún oceanográfico me va a volver a impresionar en la vida.

Dicho esto, no todo el mundo tiene que pensar lo mismo, porque de hecho, al de Lisboa he ido porque me lo recomendó una amiga a la que le gustó más que el de Valencia… Así que para gustos, los colores.

Pero yo lo siento, recomiendo mucho más el de Valencia, que además, es bastante más famoso, creo… Con lo cual, no debo ser la única que piensa que mola más. Pero lo dicho, con esto no quiero decir que me arrepienta de haber ido al de Lisboa, ni que no lo recomiende, que quede claro.

A mí, concretamente, los lugares de ver animalitos que me han resultado más espectaculares en la vida, o de los que tengo mejor recuerdo, han sido el Oceanográfico de Valencia y Loro Parque, en Tenerife (click aquí). Ya si hablamos de mi propia provincia, me gustó la Reserva de Castillo de las Guardas, pero porque recuerdo que le di zanahorias a las jirafas. Lo malo de dicho lugar es que tienes que hacer el recorrido en coche.

También hay que decir que la amiga que me ha recomendado el Oceanario de Lisboa, es una persona que trabaja en cosas relacionadas con la biología, por lo cual, es animalista, y creo que yo soy una mente mucho más simple en ese sentido… Yo me lo pasé genial con el espectáculo de los delfines en Loro Parque, ella probablemente habría pensado que es mejor dejarlos tranquilos y no obligarlos a hacer esas cosas, y probablemente tenga toda la razón, que conste.

Pero a ver, la verdad, yo tanto en Loro Parque como en el Oceanográfico de Valencia, estuve un día entero en cada uno respectivamente… Y volvería a cualquiera de ellos. En el Oceanario de Lisboa me he hecho el recorrido completo en una hora y pico… Y no sé, creo que una vez visto, pues ya está, no me hace falta volver.

De todos modos, insisto, cada persona es un mundo, y puede que tú seas más como mi amiga… Y si no lo eres, tampoco quiere decir que es mejor que no vayas… Yo lo he disfrutado, de verdad que sí, lo que pasa es que las comparaciones son odiosas.





Tuve una crisis existencial en un determinado momento, porque vi un pez que era claramente de la misma especie que Dory, de “Buscando a Nemo” y “Buscando a Dory”, y pensé en ello… Justo un segundo después, un niño que estaba a mi izquierda exclamó con mucho entusiasmo: “¡¡DOOOORYY!!”. Así que sentí que ambos habíamos pensado lo mismo, pero él lo había expresado… Teniendo en cuenta que él tendría unos 5 años y que yo tengo 37… No tengo muy claro lo que eso indica de mi persona.

Más adelante volví a ver más peces de la especie de Dory, y además, compartiendo pecera con los de la especie de Nemo y su padre.


A media mañana, sobre las 11 y media, cuando ya había terminado el recorrido en el Oceanario, me entró hambre, así que decidí comer allí mismo, en la cafetería. En mi defensa tengo que decir que después no almorcé, así que simplemente, es como que ayer almorcé super temprano, no es que almorzara dos veces…

Tras el Oceanario, fui al Parque de las Naciones, que estaba cerquita. Es una explanada con algunas estatuas y las banderas de muchos países… Pero lo que más me impresionó fue un gato gigante de colorines, que creo que está hecho con piezas recicladas… No lo sé.



Después de eso, cogí el autobús, porque mi siguiente objetivo estaba a tomar por culo de allí: el Panteón Nacional.

Cuando me bajé del bus, tuve que andar un poco… Cuesta arriba, por supuesto… En esta vida, todo parece estar cuesta arriba… Hasta que llegué al bendito Panteón… Y estaba cerrado. Digamos que si bien el día anterior había tenido la suerte de poder entrar en la catedral, con el Panteón Nacional me ha pasado lo contrario. Suele estar abierto, pero me lo encontré cerrado a cal y canto, no sé por qué…


A ver, es verdad que en Google se ve super bonito por dentro, así que es una pena… Pero no pienso volver otro día… Pilla lejos del centro y no quiero volver a subir la misma cuesta otra vez.

Tras volver a la parada de bus, cogí otra vez el mismo número (el 728, me acuerdo aún) y en la misma dirección, ya que el siguiente destino estaba también muy lejos y justo en la misma dirección en la que había venido… Que si llego a saber que el Panteón estaba cerrado, lo mismo ni me bajo del bus…

El siguiente destino era toda la zona de Belem: el Monasterio de los Jerónimos, la Pastelería de Belem y la Torre de Belem.

Me bajé en el Monasterio, pero no fui directamente al mismo, sino que me acerqué a una pastelería muy famosa que hay al lado… No, no soy muy de pasteles, PERO quien haya leído mi primera entrada sobre Lisboa (y quien no la haya leído también, supongo), sabrá que los pasteles de Belem son famosos y típicos de Lisboa… Pues bien, los famosos, famosos, famosos de verdad son los de la pastelería en cuestión a la que fui ayer, en cuya puerta había dos colas largas, una para tomárselos allí y otra para comprar para llevar.

Me puse en la cola de comprar para llevar, porque mi objetivo era comprarme una caja y llevármela, no quedarme allí… Además, obviamente, la cola de quedarse allí a tomárselos, iba mucho más lenta.

Había varias opciones para llevar: un sólo pastelito, una caja de 6, y una caja de 50… Mi objetivo era comprar la caja de 6. Me costó 8,5 euros.

Guardé la caja en la mochila, y me acerqué al Monasterio, al cual no se podía entrar en ese momento, pero al parecer cobran las entradas, así que tampoco sé si yo hubiera entrado dado el caso… Pero la verdad es que por fuera me gustó mucho. Había unos turistas españoles cerca y les pregunté si me podían hacer una foto. Fueron muy amables y simpáticos.


Después de eso, tocó caminar como unos 15 minutos hasta la Torre de Belem, la cual está rodeada de un parque muy bonito. Ayer el tiempo estuvo muy cambiante: lo mismo hacía un poco de calor, que empezaba a hacer mucho viento y algo de frío… Y por desgracia, cuando llegué a la Torre de Belem, hacía algo de viento y frío, por lo que no me senté en el césped un rato, cosa que quizás hubiera hecho con mejor clima.

La torre también estaba cerrada, pero volví a pedirles a unos turistas (otros distintos, claro), que por favor me hicieran una fotillo…


La verdad es que me gustó también mucho el sitio y la torre por fuera.

Camino de vuelta a la parada de bus, volví a ver de lejos, aunque mucho más cerca que el día anterior, el puente del 25 de Abril (el que se parece un huevo al de San Francisco), con el Cristo Rey vislumbrándose de lejos.


Volví a coger el bus 728, pero esta vez en dirección Cais do Sodré, lugar en el cual ya cogí el metro hasta el hotel.

La verdad es que así contado, suena a que ayer no anduve mucho, y que me la pasé en transporte público, ¿verdad? Pues según la app de la pulsera, hice 12 km a pie… Y os aseguro que volví a subir cuestas de nuevo…

Acabé tan reventada que pospuse el escribir la entrada de blog hasta hoy por la mañana. Eso sí, me comí un pastelito de Belem, claro.




Mi veredicto es que efectivamente están muy ricos, pero honestamente, el que probé el día de mi llegada en frente del hotel también lo estaba… Entonces… No sé, la verdad… Están muy ricos, pero estoy segura de que hay más sitios de Lisboa donde también están muy buenos, aparte de la pastelería famosa de Belem.

A ver qué tal el día de hoy… Está lloviendo, y ya da lluvia para el resto de la semana… El problema no es mojarme, porque he venido bastante bien preparada para ello, y porque además, por mojarme no me voy a morir… El problema es que me he dado cuenta de que las aceras de Lisboa son resbalosas cuando están mojadas… Lo que me da verdadero pánico es caerme y hacerme daño… Así que a ver qué tal, espero terminar viva el día de hoy, y la semana a ser posible.

-----------------------

Índice de entradas del viaje a Lisboa de la Semana Santa de 2024: click aquí.

Comentarios