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Wild Wicklow Tour:
Glendalouth y la prisión de Wicklow Goal (26/07/2014 y 02/08/2014)
Como ha pasado más tiempo
del que desearía desde que vine de Irlanda, ya no recuerdo tantos
detalles como me gustaría haber plasmado, pero a grandes rasgos, de
esta excursión recuerdo que fui dos veces, que la primera estuvo muy
bien, y que la segunda fue un error por mi parte repetir, porque nos
cayó el diluvio universal.
Llegué a Irlanda con la
clara intención de conocer sitios, así que me apunté a esta
excursión para ver el lago de Glendalouth, a pesar de que ninguno de
los de la Fundación se había apuntado.
Me gustó bastante, ya que
los paisajes por esa zona son preciosos. Iba
con otras dos españolas: una que estaba en mi clase, y otra a la que
conocí precisamente en esta excursión (saludos Mila, si lees esto).
Mientras íbamos en el
autobús rumbo a Glendalouth, el chófer se puso a contar que ciertas
escenas de la película Braveheart habían sido rodadas allí, en las
montañas de Wild Wicklow. El argumento de esa película va sobre
Escocia, no sobre Irlanda, pero por el motivo que sea, eligieron esas
montañas irlandesas.
Hicimos una parada previa a
la zona en la que estaban el cementerio y el lago. Ahora entiendo por
qué: en la zona del lago y el cementerio no hay casi civilización,
sólo un hotel en el que no nos dejaban entrar, así que la parada
previa fue para que desayunásemos y por si queríamos comprar algo.
Pues bien, nunca se me
olvidará que "half an hour" significa media hora. Resulta
que las tres españolas entendimos lo que nos vino en gana, y creímos
que teníamos una hora y media para estar por allí, así que nos
pasamos una hora dando vueltas. Yo, entre otras cosas, me puse a
hacer fotos a las flores que había por allí...
Fuimos al baño, y, en cuanto salí, descubrí que me estaban metiendo prisa... Por lo visto, teníamos que volver corriendo al autobús. Resulta que llevábamos una hora por ahí, confiadas en que contábamos con hora y media, cuando en realidad nos habían dicho media hora... Así que retrasamos a todo el grupo media hora.
Tras aquella anécdota,
continuamos en bus, vimos el lago de Glendalouth desde arriba y nos
llevaron por fin al destino en cuestión: un sitio muy bonito
(estando soleado, porque con lluvia... Ahora hablaré de eso) con
unas ruinas, un cementerio y un par de caminos que llevaban al lago:
para elegir si verlo desde cerca o desde el lado opuesto.
En esta primera ocasión,
fui con las otras dos españolas a verlo desde cerca. La primera y última fotos son de un río que había por allí, las otras en las que sale agua son del lago:
El caso es que la excursión
estuvo muy bien y... Con eso debería yo haberme conformado.
Un tiempo después, en la
escuela volvieron a ofertar esta excursión, aunque con otra empresa.
En esta ocasión, la primera parada sería en la prisión de Goal, la
cual yo no había visto en la primera ocasión. Además, en esta
segunda ocasión, se habían apuntado muchas personas de la
Fundación. De modo que pensé: qué coño, allá que voy otra vez...
Y cayó aquel sábado el diluvio universal.
La primera parada fue,
efectivamente, en la prisión de Goal. La cual, era un sitio tétrico,
muy tétrico, en el cual leías como torturaban a los pobres
prisioneros. La pura verdad, es que no me gustó... Pero eso me pasa
por tonta... ¿Qué carajo puedes esperar de una prisión?
En fin, la segunda parada,
fue en el sitio bonito que decía antes... Pero esta vez, habiendo
estado allí antes en un día soleado, me cagué en mis muertos por
haberme vuelto a apuntar... Nos dejaron tirados en medio del monte,
porque sólo había una zona con techo aparte de los servicios, y no
nos dejaban entrar.
Yo no me atreví a volver a
meterme en las ruinas, porque ya lo había hecho antes y ahora tenía
la sensación de que me iba a resbalar... Tampoco podía hacer buenas
fotos, porque tenía miedo de que se me mojase el móvil.
Total, que mientras el grupo
estaba por allí, yo que solía ir bastante más despacio que el
resto, aproveché para ir adelantando y tirar para el lago, pero
cuando llegué a la bifurcación de caminos, decidí que esta vez,
aprovecharía para ver el lago desde el lado opuesto. Ya que había estado
allí dos veces, que se notara en algo.
Resulta que los demás
tiraron por el otro camino, así que no los volví a ver hasta que
volvimos todos al bus...
Pero bueno, al menos,
gracias a que fui intrépida y arriesgué mi móvil, pude hacer una
lluviosa foto del lago desde el otro camino:
Y dicho sea de paso, fue
curioso para mí caminar en la más absoluta soledad bajo la intensa
lluvia por un camino entre montañas irlandesas... Sentí... Paz (qué
chiflada estoy, ¿no?).
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